Terapia Vojta – LA LOCOMOCIÓN REFLEJA

La locomoción refleja surgió -según Vojta- por una casualidad, y a partir de una gran capacidad de observación y de análisis, por lo que para referirnos a la locomoción refleja considero necesario conocer un poco de la historia inherente. De esta manera se podrá comprender el por qué de la locomoción refleja y lo que significa, no solo el término, sino también el concepto y cómo fue que Vojta llegó a ella y en qué se basa el principio locomoción refleja.

Historia

Vojta fue un neurólogo checo que estudió y trabajó en la Universidad Carolingia de Praga antes de la Segunda Guerra Mundial. Su jefe, neurólogo, le ofreció crear un departamento de rehabilitación en la universidad, y lo eligió precisamente a él porque tenía una secuela de polio. Pensó que por ello quizás le interesaría estar al frente. Vojta aceptó. En esa época no se sabía mucho sobre el tema. A raíz de la epidemia de polio se habían creado algunos procedimientos, pero no obstante -y así lo reconocían ellos- no se conocía nada al respecto. Vojta recabó información consultando a diversos profesionales de la época como a quiroprácticos y para que le enseñaran lo que hacían en esos momentos.

Poco después inició la Segunda Guerra Mundial, y al terminar la República Checa se convirtió en Checoslovaquia, un país de orientación comunista. Entre los cambios acaecidos se transformó un hotel en centro para niños con parálisis cerebral e invitaron a Vojta a dirigirlo. Contaba que habían entrenado a cuatro chicas como terapeutas, que en realidad eran guapas pero tontas, y que con el tiempo se les quitó lo de guapas pero no lo de tontas. Claro el decía que las habían formado al vapor, lo que le obligaba a estar pendiente siempre durante el tratamiento de los niños. El hecho de que algunos niños fueran de puntitas lo inquietaba, así que un día se acercó a uno de ellos y le tocó los hombros haciendo una pequeña presión hacia abajo. El niño se desplomó y cayó al suelo. Por qué ocurrió esto -pensó-, la presión no fue tan grande como para tirarlo… de seguro toqué algún punto que provocó una respuesta que lo desplomó. Con estas ideas en mente decidió ver qué ocurriría y le pidió a una de las terapeutas que repitieran lo que él había hecho. Nuevamente el niño se desplomó. La terapeuta se afligió explicando que no había sido su intención tirarlo. Vojta simplemente concluyó que ella no sabía que había descubierto una terapia nueva.

Posterior a esto él decidió probar qué pasaría si ponía al niño en posición prono y le flexionaba el pie en una flexión dorsal. Al hacerlo el niño se extendió y levantó la cabeza. Vojta sostuvo la cabeza y observó cómo la columna se movía y se enderezaba… esto fue sorprendente. Lo ocurrido le llevó a concluir que la musculatura estaba activa. El pie en puntas se flexionó y las manos se abrieron, lo cual demostraba que la musculatura de manos y pies no estaba paralizada, solo bloqueada, y que la respuesta del niño correspondía a un patrón global pues se había reflejado en todo el cuerpo.

Unos meses después de que iniciara su trabajo buscando las zonas desde donde se desencadenaba el movimiento, pero sin tener aún claro de qué se trataba, un día de visita de los padres vio en el jardín a uno de ellos que lloraba. Se acercó para ver qué pasaba y al preguntarle el padre explicó que lloraba porque nunca pensó que su hijo pudiera mejorar. Vojta preguntó en qué había mejorado. La respuesta fue: mueve mejor las manos, los pies y habla mejor. Para Vojta fue la comprobación de que esa musculatura estaba bloqueada y que se podía mejorar. En ese momento aún no tenía claro el concepto de que la motricidad era una propiedad de la especie humana, una consecuencia de los miles de años de evolución.

Vojta continuó con su trabajo tocando diferentes zonas del cuerpo y observando las respuestas, haciendo una descripción de dichas respuestas, de lo que pasaba músculo por músculo y comprobándolo en niños sin patología y también observando sus respuestas. De está manera fue elaborando sus modelos de la locomoción refleja, el volteo y la reptación, que trataremos más adelante. Lo importante es que llegó a la conclusión de que la motricidad es un logro evolutivo de las especies.

Así cada especie tiene un logro motor que lo caracteriza. Por ejemplo, el caballo una semana después de que nace es capaz de correr, ese será su máximo logro motor, todo lo que haga después será un entrenamiento, por lo que algunos solo servirán para el trabajo y otros serán capaces desacertados Gracias , o saltar obstáculos ,con un entrenamiento

Para el ser humano, que es la especie más compleja y que ha estado de pie por miles de años, su logro motor es caminar en dos pies y lo consigue en un año, lo que quiere decir que al nacer su cerebro es inmaduro y tardará 12 meses para alcanzar el logro de la especie. Esto lo llevó a definir la motricidad como algo determinado, es decir, que los patrones los tiene como un logro de especie en una forma ideal, perfecta, pero para llegar al patrón de pie tiene que pasar por patrones parciales. En conclusión, que la motricidad en el ser humano es genética. El niño nace con ella pero tarda un año para llegar a su máximo, por lo cual Vojta considera que al niño antes del año no se le puede considerar paralitico cerebral, sino un niño con riesgo de ser paralítico cerebral.

Ustedes se preguntarán cómo es esto… será fácil de entender. Si tomamos como válido que la motricidad humana es producto de un logro de especie, en el que su logro máximo es caminar, entonces esto quiere decir que al nacer el cerebro del niño no es totalmente maduro y que necesitará un año para llegar a hacer lo que como especie ha logrado en sus miles de años de existencia, y que hay una programación genética que va marcando los hitos del desarrollo, que ya está predeterminado y programado para lo que que tiene que suceder cada día.

Para esto existe un mecanismo por el cual van surgiendo -en cada momento- lo que tiene que suceder día tras, y al cual Vojta llamó reactividad motriz. Pero, y cuando el niño tiene un evento, ya sea por dificultades en el embarazo, en el parto o después de este, en el que la reactividad motriz se rompe y el proceso se detiene, quedando detenido el desarrollo. En estos casos hay variantes en dependencia del evento. En estos niños, a los que se llaman de riesgo, no necesariamente se detiene el proceso en el instante del evento, por lo que algunos quedan en el primer mes y otros avanzan en su desarrollo hasta que de pronto no van a más, y ahí se detiene la reactivación. Es difícil para los médicos darse cuenta de cuando esto pasa. Vojta decía que estos niños se van haciendo paralíticos cerebrales en la nariz de los médicos sin que estos puedan hacer nada para evitarlo. El niño se queda detenido en su proceso casi siempre en lo motor, pero el interés por el mundo que lo rodea continúa, y se querrá aferrara él con lo que tenga a su alcance. Lo hará como pueda, y se moverá con los ojos, con la mano que esté próxima al objeto que le interesa. Esto serán patrones no adecuados que no le servirán como preparación para un desarrollo más complejo, pero el cerebro inmaduro los reconocerá e integrará determinando las características de la patología y su forma de moverse. Como consecuencia el patrón patológico se instala, mas la reactivación motriz normal estará rota.

Vojta, a través de su trabajo ya había descubierto que partiendo de una posición determinada y tocando algunas zonas, podía conseguir el movimiento en las zonas bloqueadas, así que si él podía organizar dichas zonas desde fuera, de igual forma que se instalaba la patología se podía instalar el patrón normal, puesto que ya venía preprogramado como algo genético, como algo de especie. Después de muchos años de exploración y de pruebas logró definir un patrón de respuesta al que llamó locomoción refleja, porque partía siempre de una posición específica al tocar zonas específicas, con sus dos complejos de coordinación, la reptación y el volteo. Esto se explicará con más detalle.

Su intención era no sólo trabajar con la patología ya presente, sino buscar la manera de detectarla y así poder intervenir y bloquear la patología para instalar patrones normales en los niños de riesgo. El problema radicaba en la manera de darse cuenta de cómo el sistema nervioso central (SNC) se estaba organizando. Era necesario encontrar algo que le diera luz y sirviese de guía, y no tener que esperar a que los reflejos primitivos siguieran presentes o no aparecieran, o a que un niño tuviera un retraso en el desarrollo. Había que ser más objetivo y para esto exploró y trabajó en una serie de reflejos que le dieran información sobre la organización del SNC en el primer año de vida. Se encontró con una serie de reflejos que consideró como reacción, y al tener que ver con la organización postural les llamó reacciones posturales, las cuales le ofrecían la información de lo que pasaba pasando.

Todo este proceso lo dividió por trimestres, en cuatro para ser más exactos. Analizó lo que pasaba en cada uno de los trimestres y lo tomó como indicadores, primero de cuando se detiene el proceso de organización postural, y después de cómo estaba ocurriendo este proceso. Si tenemos un niño de riesgo porque fue un embarazo de alto riesgo, por ser prematuro o por tener cualquier condición diferente, ¿es necesario darle una terapia profiláctica o ir viendo en qué momento se detiene el proceso?

Si no se contase con la herramienta adecuada para valorar lo que está pasando, lo anterior estaría justificado, pero si contamos con dicha herramienta, considero que es necesario que nos muestren las reacciones posturales, pues nos muestran cómo se está organizando el SNC. Interpretar los signos que nos da, y poder intervenir en el tiempo en que se detiene, por supuesto que no solo nos da la certeza, sino demás la prevalencia o ausencia de reflejos primitivos, la alteración del tono y su estadio de desarrollo.

Reacciones posturales

Reacción a la tracción. Posición de partida decúbito dorsal y cabeza en línea media.

Reacción de Landau. Se sujeta al niño por el abdomen y se mantiene solamente sobre la palma de la mano en posición horizontal.

Suspensión axilar. El niño es mantenido por el tronco, la cabeza hacia arriba, con la espalda hacia el explorador.

Reacción de Vojta.????????

Reacción suspensión horizontal Collis. Se eleva lateralmente al niño por el brazo y el muslo del mismo lado.

Suspensión vertical de Collis. Se sujeta al niño por una rodilla y se lleva rápidamente a posición vertical.

Suspensión vertical de Peiper. Se toma al niño de las rodillas y se levanta rápidamente.

Si todas las reacciones son incorrectas y además hay alteración del tono, y si están presentes o ausentes los reflejos primitivos, entonces se tratará de una parálisis cerebral.

Si hay cuatro reacciones anormales, y alguna alteración del tono, entonces sería una dificultad en su organización postural.

Si solo hay una relación anormal o dos, entonces habrá una dificultad postural solamente.

Con estas herramientas Vojta considera que el médico está en condiciones de diagnosticar tempranamente si se trata de una parálisis cerebral, además de ubicar al niño desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo en su etapa de desarrollo, evaluando por trimestres. A partir de aquí empezaremos con el tratamiento de locomoción refleja.

¿Por qué locomoción refleja?

Se denomina así porque aparece como una respuesta refleja en una posición de partida específica y al tocar zonas específicas. Vojta describe dos posiciones de partida. Una es la reptación refleja que fue la primera que describió, y que por la observación y la experimentación logró describir las respuestas musculares que se obtenían con la estimulación de los diferentes puntos, los cuales descubrió tocando muchas zonas hasta encontrarlos. Son nueve puntos desde los cuales podía desencadenar respuestas motoras globales y que respondían a la marcha. Esto conseguía activar cadenas musculares con las cuales el niño movía la musculatura en el proceso de marcha, pero también conseguía que al estimular con la reptación refleja se organizaban los patrones parciales del desarrollo, tales como voltear, sentarse, gatear, etc. porque esto ya están pre programados en su contenido genético como especie. Más adelante descubrió el volteo reflejo, también de forma casual. Tenía un niño en el hospital con neumonía, y tocaba zonas para intentar ayudarlo. Al tocar entre dos costillas, sexta y séptima , el niño elevó las piernas y se giró. Lo probó con niños sanos y ahí descubrió el ¿??boleto??? reflejo, que en su contenido cinesiológico contiene los juegos musculares que corresponden al gateo, aunque estos tienen más similitud con el desarrollo.

En conclusión, las posiciones de partida son paradójicas y no existen como tales en el desarrollo. Si consideramos la locomoción refleja, entonces estaremos de acuerdo en que el reflejo necesita una posición inicial y un estímulo específico en la terapia Vojta. Si lo hacemos de esta maneara analizamos la reptación.

Reptación

Posición de partida. El niño en prono, los hombros en la misma línea de la cadera . La cabeza girada 30 grados, el brazo facial está flexionado en el hombro algo más de 120 grados. En una abducción de 30 grados el epicóndilo medial del humero se encuentra apoyado sobre la superficie. La mano está alineada con el hombro y la cadera. El antebrazo se apoya sobre la cara palmar. El brazo nucal del lado opuesto de la cara está con el hombro y con el codo en posición articular de 0 grados y se encuentra a lo largo del cuerpo.

Pierna nucal y muslo en rotación externa y abducción, el condigo medial del fémur se apoya en el plano. Pie alineado con articulación de cadera y del hombro.

Pierna facial y cadera en flexión de 30 a 40 grados, en abducción de 60 y 40 en rotación externa. Rodilla en flexión de 40 grados.

Volteo reflejo

Empieza en decúbito dorsal, con movimientos en ¿??céntimo??? ventral pasando por el cúbito lateral. Su destino final es el gateo.

Posición de partida decúbito dorsal, la cabeza girada hacia un lado 30 grados, las extremidades relajadas sobre la base de apoyo.

Zonas de desencadenamiento

Zonas primarias y zonas secundarias zonas faciales y zonas nucales.

Epicóndilo medial del húmero.

Borde medial de la escápula.

Acromio.

Zona del tronco.

Espina ilíaca anteroposterior superior.

Proceso estiloides del radial.

Aponeurosis del músculo glúteo medio.

Epicóndilo medial del fémur.

Proceso lateral de la tuberosidad del calcáneo.

Las zonas primarias son las más distales, y aunque para que se considere un punto de estímulo es necesario que de él se pueda desencadenar un patrón global. Se determinó que de las nueve zonas referida se puede desencadenar una reacción global. Desde algunas es más fácil, y estas son las zonas primarias. Aún así es más fácil lograrlo si se hace desde una distal, estas son las periósticas.

El epicóndilo medial del húmero en el brazo facial

El proceso lateral de la tuberosidad del calcáneo

Desde las zonas secundarias se puede activar más fácilmente la musculatura cercana al punto. Estas son la costilla, el acromio, la apófisis estiloides, el glúteo, la espina ilíaca, el epicóndilo de la rodilla.

¿Cómo se elabora un tratamiento?

Después de observar el desarrollo cuantitativo y cualitativo se decide la posición de partida y las zonas que se van a estimular.

Entre más tempranamente se inicie el tratamiento más y mejores resultados se obtienen.

¿Quién hace la terapia?

Los padres, ya que entre a mayor frecuencia mejores resultados. Se sugiere de 3 a 4 veces al día.

¿Qué hace el terapeuta?

Una evaluación y la búsqueda de la posición de partida y de la zona que se estimula, para enseñar a los padres.

¿Para qué se utiliza? Para todo lo que tiene que ver con el trabajo de la musculatura en niños y adultos.

¿Cuántas secciones hace el terapeuta? Las que el padre necesite para sentirse apoyado y seguro. El terapeuta controla que el padre lo esté haciendo bien.

La terapia se puede iniciar desde el nacimiento en niños de riesgo, prematuros, embarazos niños con síndromes, y en adultos con secuelas de fracturas o dificultades de columna, escoliosis, dificultades posturales, lesiones medulares .infartos cerebrales , etcétera

Calos Alvarado Zavala